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La Belleza en nuestro reflejo

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Vamos a soltar nuestra imaginación :

Imagínate que vives en un mundo sin espejos ni reflejos. Imagínate que un dia te despiertas preocupado y de mal humor… Imagínate que vas paseando por la calle y de sopetón baja un ovni y de él salen 2 seres. Uno de ellos lleva algo bajo el brazo. Imagínate que se acerca a ti y te lo pone frente a tu cara. Ves a alguien. No sabes quién es. ¿Quién es ese? ¿y porqué me mira con esa cara de mal humor? En aquel momento te cabreas… ¿Qué le he hecho yo? Automáticamente ,  la persona que esta frente a ti se enfada más de lo que estaba y piensas…  ¿y porqué se cabrea más? ¡Si ha empezado él! ¡ya ha venido de mala leche! Entonces te enciendes a tope en actitud defensiva frente a su “ataque”, y obviamente,  la persona frente a ti “reacciona” de inmediato. El cabreo va en aumento. Llegas al punto en el que o le “pegas” o te das la vuelta y te vas con toda la rabia dentro. En aquel momento pasa una mariposa frente a tu cara. Algo sucede. ¿¡También pasa por delante de la otra persona!? Por un momento te colapsas. Paras. Ves. Te das cuenta que te estas viendo a ti mismo.

¡Aish! Ves al otro. Te ves. Sientes tu ira. Ese primer encuentro… ¿Me estaba viendo?

Ahora vamos a ir un poco más allá. Continuemos imaginando juntos:

Imagínate que vives en un mundo opuesto al anterior, donde todo lo que ves son espejos y reflejos (los árboles, los coches,  los animales,  las personas,…) pero como antes,  no te reconoces en ellos. Imagínate que te despiertas de buena mañana acelerado y preocupado.  Vas a la cocina,  te sientas y empiezas a desayunar. Están tu pareja y tu hijo. Miras a tu hijo y piensas: No hay manera de que este niño desayune rápido.. A la que puede se despista..  ¿¡quieres hacer el favor de comerte los cereales y dejar de jugar?! Miras a tu pareja y piensas: No lo entiendo… Lleva un buen rato aquí y como si no le importara… ¡Tu, y tu “rollito” Zen!¡Lo podrías haber espabilado! Agarras al “peque” y al coche.  A tope de tráfico. Miras los coches y piensas: Aaaargh, ¿es que todo el mundo sale a la misma hora? ¡Veeeeeengaaaaaaaa! Después de dejar al peque en el cole llegas justo, pero puntual, al trabajo. Entras y no ha llegado nadie. ¡Esto es el colmo! ¡Pero si estamos a tope de trabajo! Con toda esta “pelotera” te levantas y vas disparado al despacho del jefe a soltar la bomba. Entras con todo tu estrés. Está reunido en la sala contigua. Tienes que esperar. Te acercas a la ventana. El sol te da en la cara y sientes como su calor recorre todo tu cuerpo. Entonces coges aire profundamente y lo sueltas poooooco a poco…

Ves un grupito de niños jugando en el parque… que paz…

Pasa una pareja paseando cerca del estanque… que tranquilidad…

Las hojas de árboles moviéndose al viento… que silencio…

Respiras embobado…

En aquel momento recuerdas tu dia: mi hijo… jugando… paz…  Mi pareja… tranquila… El tráfico… silencio… Te das cuenta que te mostraban algo de ti mismo.

¡Aish! Ves a los otros. Te ves. Sientes tu estrés. Esos encuentros… ¿Me estaba viendo?

Y ahora imagínate que te levantas un día feliz y alegre ¿Que te reflejaría el dia? 😉 ¡Pasa y disfruta!

Os deseo a todos un feliz dia!

Alex

Podéis aprender más sobre el efecto espejo en el taller que imparto sobre relaciones personales 

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