Saltar al contenido

Pon el foco en tus objetivos y evita el ruido a tu alrededor

  • por
Pon el foco en tus objetivos y evita el ruido a tu alrededor

Una de las cosas más difíciles cuando decides iniciar un proyecto -sea emprender un negocio, cambiar de rumbo profesional o apostar por tu crecimiento personal- es mantener el foco en tus objetivos sin distraerte con todo lo que pasa a tu alrededor. Lo digo por experiencia propia y por lo que veo cada día en ¡Haz que suceda! y en Escuela de emprendedores. Demasiadas personas abandonan su proceso antes de tiempo solo porque no están viendo resultados inmediatos o porque se comparan con lo que hacen otros.

De la rosa al bambú: metáforas pertinentes al foco en tus objetivos

Durante mucho tiempo, yo utilizaba la metáfora de la rosa para explicar este punto: no puedes acelerar su crecimiento sin dañarla. Si la estiras antes de tiempo, la rompes. Pero hoy quiero compartirte otra imagen que me parece aún más poderosa: la del bambú.

Sin duda, el bambú es fascinante. Puedes plantarlo y pasar cinco o seis años sin ver nada en la superficie. ¡Nada! Ni un brote. Pero cuando llega el momento adecuado, crece hasta un metro por día. ¡Sí, por día! ¡Puede alcanzar los 30 metros en cuestión de semanas! ¿Qué hizo durante esos años de aparente inactividad? Echar raíces. Fortalecer su base. En fin, prepararse en silencio para ese gran momento en el que todo se alinea y emerge con fuerza.

Y me pregunto: ¿no es eso lo que también hacemos los seres humanos cuando decidimos tomarnos en serio nuestra evolución? En Escuela de emprendedores suelo decir que hay un tiempo de siembra que nadie ve. Es cuando lees, aprendes, pruebas, fracasas, dudas, ajustas, y vuelves a intentarlo. Es el tiempo en que construyes tus raíces. Por eso, si de verdad quieres avanzar, es indispensable que pongas el foco en tus objetivos y no en el “ruido” que hay alrededor.

Ese ruido puede venir de muchas formas. Desde las comparaciones constantes (“Mira lo que logró fulanito en tres meses”) hasta las expectativas irreales que arrastras desde cursos de marketing que prometen “éxito exprés”. Hace algún tiempo, hablaba con una alumna que estaba frustrada porque, después de seis meses, su proyecto aún no despegaba. Me dijo: “Pensé que a estas alturas ya estaría vendiendo”. Y yo le respondí con toda honestidad: “Prepárate para estar sembrando durante dos o tres años”. No le hizo gracia. Pero luego entendió que si lo que estaba construyendo era sólido, merecía ese tiempo.

Mantente en el proceso, sin compararte ni desanimarte

A veces, creo que el bambú “sabe” lo que hace: no se compara con otros árboles. No se pregunta si está tardando demasiado. Simplemente, sigue su proceso, con constancia, con presencia, con confianza. ¿Puedes tú hacer lo mismo? ¿Eres capaz de sostener tu camino, aunque los resultados tarden? ¿Puedes seguir construyendo incluso cuando sientas que nada se mueve?

En realidad, poner el foco en tus objetivos significa aprender a confiar en el ritmo de tu proceso, en tu “bambú interior”. Significa aprender a mirar hacia adentro en lugar de hacia los lados. Más aún, implica dejar de medir tu progreso con reglas ajenas y comenzar a respetar tus tiempos, tus aprendizajes y tus decisiones.

Y sí, sé que no es fácil. A mí también me cuesta, y por eso comparto estas ideas con tanta insistencia en ¡Haz que suceda!. Porque veo que cuando un emprendedor o emprendedora logra desconectarse del “qué dirán” y del “por qué no me está yendo como a otros”, algo se enciende dentro. De repente, experimenta una especie de calma, de claridad, de fuerza. Y desde ahí, desde esa raíz bien plantada, todo lo que viene después tiene otra solidez.

Así que si estás en plena etapa de siembra, no te desesperes. Tal vez lo que estás haciendo ahora no se ve, pero eso no significa que no esté ocurriendo algo esencial. ¡Mantente firme! Sigue regando tu terreno. Sobre todo, no pierdas el foco en tus objetivos. Porque lo que estás construyendo, aunque hoy no lo notes, está echando raíces profundas para crecer alto, fuerte y flexible.

En este punto, aprovecho para recomendarle la lectura de mi post Todo lo que tienes que saber sobre la ley de la atracción. ¡No te dejará indiferente!

Pon atención a tus raíces para encontrar el foco en tus objetivos

A propósito, recuerdo a una participante de ¡Haz que suceda! que, al poco de comenzar el programa, me confesó -palabras más, palabras menos- algo que escucho con frecuencia: “Antes no sabía cómo sostener el foco en mis objetivos. Me perdía en la rutina, me costaba visualizar adónde iba y, sobre todo, no sabía cómo funcionaba mi estructura interna.”

Por increíble que parezca, ese punto de partida es más común de lo que imaginamos. Cuando no entendemos nuestra forma de pensar, actuar y reaccionar, es difícil mantener un rumbo claro. Nos dejamos arrastrar por las urgencias, por las expectativas de otros, por lo que “se supone” que deberíamos estar haciendo. Y así, poco a poco, el foco en tus objetivos se diluye.

Pero todo cambia cuando haces el trabajo de mirar hacia adentro. Cuando te das el permiso de cuestionar tus hábitos, tus creencias, tus miedos y tus automatismos. Ves que sí es posible vivir con foco. Igualmente, entiendes que no se trata solo de técnicas o herramientas externas. Se trata de raíces.

Y, ¿qué son esas raíces en ti? De hecho, son lo que te sostiene cuando la cosa se pone difícil. Son tus valores, tu cuerpo, tus emociones, tu espiritualidad, tus creencias profundas. Entonces, si esas raíces están descuidadas o mal nutridas, cualquier intento de crecimiento se tambalea. Lo he vivido. Lo he visto.

Para que tengas una idea, una creencia limitante, por ejemplo, puede ser tan invisible como poderosa. Imagina que, sin darte cuenta, crees que para tener éxito tienes que sufrir. ¿Cómo vas a avanzar si llevas ese peso en la mochila? Peor aún, ¿cómo vas a permitirte prosperar si, en el fondo, no te crees merecedor de lo que deseas? El bambú no se complica. No cree que deba luchar para crecer. ¡Solo crece! ¿Y tú?

Visualizar desde la certeza, sin dudas y sin procrastinación 

Por cierto, otro testimonio que me marcó fue el de una mujer que, al empezar el programa, descubrió cómo estaba tomando decisiones desde la escasez. Se movía desde lo que le faltaba -dinero, amor, validación- en lugar de desde lo que ya era y tenía. Y eso cambia radicalmente la forma en la que avanzas. 

En contraste, cuando empiezas a ver la vida desde dentro hacia fuera, todo se alinea de manera más orgánica. Lo que parecía confuso se vuelve más claro. Y el foco en tus objetivos se fortalece. 

Desde esta perspectiva, no se trata solo de saber hacia dónde vas, sino de sostener ese rumbo en medio de la distracción constante. El bambú, una vez que empieza a crecer, lo hace siempre hacia arriba, hacia el sol. Esa es su dirección. Y eso mismo necesitamos nosotros: claridad de propósito. No hablo de una meta concreta como “tener una web” o “facturar X cantidad al mes”. Es algo más profundo. Es aquello que te mueve. Aquello que está en ti desde siempre, aunque aún no tenga nombre.

Otra alumna compartió que sabía exactamente lo que quería lograr: manifestar su proyecto, hacerlo sostenible. Pero no lo conseguía. Según ella, quedaba a las puertas. ¿Por qué? Porque la procrastinación y el miedo la paralizaban. Y aunque tenía fuerza de voluntad, no bastaba. Descubrió que no estaba conectada con la versión futura de sí misma, con ese lugar al que decía querer llegar. Le faltaba foco real. No motivación de un día, sino dirección profunda.

De allí, que yo insista: necesitas volver a ti una y otra vez. Silenciar el ruido externo y el interno. Crear espacios para escucharte. Rodearte de personas que te animen, como ocurre en nuestros programas. Una red de apoyo es esencial cuando estás creando una nueva realidad.

¡Haz que suceda! te ayuda a poner el foco en tus objetivos

Como ves, el foco en tus objetivos no es una cuestión de hacer más. Es una cuestión de estar más presente en lo que haces, de ser más consciente, de confiar más en ti. Y cuando eso sucede… ocurre lo que antes parecía imposible.

Si sientes que llegó el momento de dejar de posponer lo que sueñas y empezar a construirlo de verdad, quiero invitarte a formar parte de ¡Haz que suceda!, un programa que he creado precisamente para acompañarte en ese proceso. En concreto, está pensado para emprendedores como tú, que desean claridad, dirección y herramientas reales para avanzar con propósito.

Aquí, trabajamos en profundidad no solo en el “hacer”, sino en el desde dónde haces. Combinamos herramientas para que conectes con tu propósito, actives tu motivación auténtica y aprendas a gestionar tu proyecto con visión y estructura. A lo largo del camino, no estarás solo: tendrás acompañamiento constante, acceso a masterclases, meditaciones guiadas y muchos otros recursos diseñados para ayudarte a mantener el foco en tus objetivos y sostenerlo en el tiempo. Porque cuando sabes hacia dónde vas y aprendes a mantenerte alineado con eso, lo que antes parecía inalcanzable empieza a tomar forma. Y entonces… ¡sucede!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *