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Algunos consejos importantes si quieres emprender un negocio

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Algunos consejos importantes si quieres emprender un negocio

¿Emprender un negocio como terapeuta es el sueño de tu vida? Por experiencia te puedo decir que crear una empresa es emocionante desde el segundo cero en que tomas la decisión de hacerlo. Además, lograr materializar ese propósito con el establecimiento y funcionamiento pleno del proyecto debería ser de lo más gratificante.

Pero, hacer realidad dicho proyecto requiere un convencimiento sólido sobre tu propósito y un plan bien estructurado que te lleve a lograr un negocio estable, próspero y que cumpla con tus expectativas. Por eso, el grupo de consejos que te ofrezco aquí, están enfocados principalmente en lo que te mueve a iniciar tu emprendimiento y en otros aspectos que considero básicos al comenzar esta aventura.

Reconocer tu propósito y tus habilidades es esencial para emprender un negocio 

Cuando descubres cuál es tu propósito y cuáles son tus capacidades (para qué sirves), automáticamente puedes identificar cuál es tu público target y qué estrategias de marketing debes ejecutar. Incluyendo el o los mensajes que debes transmitir. Lo contrario es ir a ciegas. Muchos emprendedores en el ámbito de las terapias empiezan por el marketing y envían mensajes sin precisión.

Cuando conoces bien tu propósito, cuando te enfocas en lo que quieres aportar, el mundo conecta con esta energía. No faltarán voces a tu alrededor que dirán cosas como: “¿Cómo vas a ganarte la vida con eso?” “Eso no es serio”. “Es ilegal”. “Es una pseudociencia”. “Está prohibido”. “Deberían quemarte en la hoguera por hereje”. Esas voces intentarán hacerte pequeño/a. Frente a esto, debes conectar más con lo que quieres entregar. Más aún, si la habilidad y conocimientos que quieres compartir han aportado cambios positivos en tu vida. ¡Conecta con lo que quieres entregar y lo que quieres transformar! Eso nos conduce al siguiente punto…

Plantearte el propósito

No sabes con cuánta frecuencia encuentro personas que ni siquiera se plantean un propósito. Comienzan un emprendimiento de terapias por inercia. Tuvieron algún problema en algún momento, asistieron a una sesión de Reiki les fue muy bien. Y, por eso, quieren emprender un negocio especializado en terapias Reiki. Sin embargo, el Reiki es sólo una herramienta. ¿Qué quiere la vida que tú hagas con el Reiki? ¡Eso es lo que debes plantearte! Pregúntate en qué eres bueno. ¿Puedes entrenar lo que has aprendido? ¿Cuál es tu maestría, tu sabiduría vital que el mundo está esperando?

En este sentido, evita entrar en la vorágine de montar el proyecto sin cimientos fuertes. Una manera de hacerlo es mirando tu historia vital: ahí podrías tener la clave. También puedes aplicar el Ikigai (“Tu razón de ser”). Este concepto proviene de la cultura japonesa y es una filosofía que habla sobre tu razón de ser, para qué estás aquí en tu vida. El Ikigai es la confluencia de varios temas vitales:

  • En qué eres bueno. Es decir, aquello que aprendiste en la vida, ya sea cognitivamente o mediante la práctica en el manejo de ciertas herramientas o habilidades.
  • Lo que amas. Desde luego, si tienes unos talentos y te gusta entregarlos y aplicarlos, tienes que estar conectado con eso que estás entregando.
  • Lo que necesita el mundo. El mundo necesita que apliques estos talentos en determinado lugar. Hay espacio para eso que quieres aportar.
  • Por lo que te pueden pagar. En efecto, si alguien necesita de tus conocimientos y habilidades terapéuticas en cierta especialidad, seguramente estará dispuesto a pagarte por ellos.

Estos cuatro puntos confluyen en un centro que es el propósito vital. ¡Tu razón de estar aquí!

La formación es fundamental para emprender un negocio 

Y aquí no hablo de formación como terapeuta, sino de formación como emprendedor. En concreto, es importante un programa integral, en el que aprendas todos los elementos que necesitas. No tomes la formación como si fueras de tapas: picoteo un curso de redes sociales de aquí, un cursito de Facebook, etc. ¡Irás picoteando sin un plan nutricional de base y te vas a indigestar!

Se trata de formarte en las habilidades y herramientas que te lleven a tu objetivo cuando emprendes. De lo contrario, vas a gastar dinero  y tiempo, y vas a cometer muchos errores. Aunque una formación integral no te exime de cometer fallos, estarás procediendo bajo una pauta, bajo una tutela que te ayudará a corregirlos.

Cuando te formas en todas las áreas que requiere tu proyecto: gestión de marketing, finanzas, legalidad, etc, adquieres la habilidad para gestionar tales aspectos. Mismos que son básicos para emprender un negocio. Después, puedes delegar, porque sabes lo que estás delegando. Por ejemplo, si entiendes cómo diseñar una página web y comprendes en qué punto de tu estrategia encaja la web, puedes delegar su diseño. Porque sabes cómo la quieres exactamente y además la sabes gestionar. Igual ocurre con las redes sociales: qué mensajes debes enviar, cómo desarrollarlos, etc.

Enviar bien el mensaje

¿Qué significa enviar mal el mensaje? Volvemos a conectar con el propósito: si no lo conoces, seguramente no sabrás cómo conectar efectivamente con quiénes necesitan de tu acompañamiento. Como terapeuta, puedes dedicarte a la acupuntura, a la Medicina Tradicional China, Reiki, registros Akáshicos, coaching, psicología, crecimiento personal… 

Sin embargo, si inicias el mensaje titulando con tu especialidad, solo estás hablando de la herramienta que utilizas, pero no de la necesidad que esta cubre y eso no conecta con la gente. Si titulas “Psicología conductual”, cualquiera pensará “¡Uff! ¡No! Esto es para locos”. Tal situación ocurre porque el mensaje no conecta con la necesidad. Cuando hablamos en “chino básico o avanzado” utilizando de entrada nuestra especialidad, alguien que tiene un problema específico se encogerá de hombros. Por lo general, las personas no conocen las especialidades de las terapias alternativas o tienen una percepción errónea sobre qué problemas pueden tratarse con ellas. Si te planteas emprender un negocio como terapeuta debes estar conciente de esto.

En cambio, si te formaste como acupuntor porque viviste con migraña toda tu vida y la superaste con sesiones de acupuntura, esto perfila un propósito. Conoces de primera mano el tema y tienes herramientas para acompañar a personas con ese problema. Entonces, no temas titular tus mensajes con frases como: “¡Despídete de la migraña para siempre!” Incorpora “migraña”. Menciona el dolor, porque es lo que esa persona está sufriendo. 

No trates de suavizar la situación con frases como “Vive con serenidad mental”. Si es el caso, evita también un vocabulario excesivamente espiritual del tipo: “Trabajo con tu sombra”. “Escucho tu cuerpo” o “Trabaja las creencias limitantes”. 

Entregar valor es una estrategia conveniente al emprender un negocio 

Hay emprendedores que, en el momento de dar una charla, retienen información con la excusa de que -¡claro!- si la doy toda en la charla después ya no van a venir a mi terapia. ¡Eso es falso! La gente no viene a tu terapia por la información. La gente no viene a ti por tu conocimiento. Específicamente, la gente viene a ti por tu sabiduría, por tu acompañamiento, por tu maestría. Vienen por ti.

Otra cosa es vender velas o vender botellas de agua. Es otra cosa. Estás vendiendo terapia. La parte humana, más que importante, es la clave. Estás entregando lo que yo llamo “el huevo Kinder”. Los niños que piden un huevo Kinder, lo menos que quieren es el chocolate (lo que está en el exterior). Quieren la sorpresa que está dentro de este. 

Eso es lo que busca una persona en la charla o en el blog de un terapeuta. Su maestría, cómo le puede acompañar y los consejos que le ofrece en una charla o artículo. Algunos retienen este contenido por temor a que el prospecto de cliente no requiera de terapia, o por miedo a que copien su metodología. Incluso, por evitar que copien –y copien mal- su contenido. Este es uno de los miedos que debes superar al emprender un negocio.

En esta misma línea, es pertinente recomendarte ir hacia afuera. Dicho de otro modo, concéntrate más en la entrega que en lo que quieres conseguir. Tu cliente/paciente no es tu proveedor de dinero, fama, reconocimiento o seguridad. Tus clientes no tienen que darte eso. Eso es algo que llega cuando tú estás entregando. Más importante es lo que el otro está necesitando de ti.

Planificar tus tareas es clave para emprender un negocio 

Seguir una pauta estricta de cumplimiento de tareas esenciales para tu emprendimiento es esencial. De esta manera, evitarás la procrastinación, que es la costumbre de dejar las tareas para después, mientras nos distraemos con nimiedades. Ver las redes sociales y las series de Netflix cuando deberíamos estar trabajando son ejemplos actuales de procrastinación.

En nuestro programa Haz que suceda te enseñaremos herramientas y trucos para evitar que esto te pase. Para evitar que te distraigas y pierdas tu energía. Te adelanto algunas estrategias:

  1. Aplica los cuatro cuadrantes de Stephen Covey:
  2. Si es importante pero no urgente, PLANIFÍCALO.
  3. ¿Es importante y urgente? ¡HAZLO YA!
  4. Si es urgente y no es importante, (SI PUEDES) DELEGA.
  5. Lo que no es urgente ni importante, MINIMíZALO o échalo a la basura.

Como ves, este diagrama te permite tener claras todas las tareas que debes hacer y en qué orden hacerlas.

Por supuesto, lo primero es tener tareas. Para tener una idea de las tareas que debes realizar en función de emprender un negocio, te recomiendo hacer un mapa mental. Esto vale para las tareas profesionales y personales. En el mismo irán surgiendo estos items por temáticas: hacer la página web (delegarla o hacer el curso para aprender a hacerla), etc. Ordénalos en períodos semanales.

¿Qué es una tarea importante? En esencia, es la que te lleva hacia tu propósito, hacia la realización personal, hacia donde realmente quieres ir en la vida.

Una tarea urgente es una tarea que simplemente se tiene que hacer cuanto antes pero que no es importante. Por ejemplo: responder mensajes de Whatsapp.

Las tareas importantes y urgentes no deberían existir 

Cuando ordenas las tareas te vas a dar cuenta que hay algunas que son importantes y urgentes, que te están quemando las manos. Mientras que otras no son ninguna de las dos.

En realidad, las tareas importantes y urgentes no deberían existir: estas son las que, por procrastinar, no has hecho en su momento. Y ahora, te ponen a correr y te generan estrés y ansiedad. Si tienes alguna tarea de estas, resuélvela cuanto antes para que salga del cuadro. 

Planificar normalmente y ejecutar todas tus tareas es lo ideal. Pongamos por caso que debes dar un curso dentro de tres meses y aún no lo has preparado. A los efectos, establece en tu agenda dos días a la semana en los que dedicarás cuatro horas para diseñar el curso. Durante esos períodos, no atiendas llamadas o mensajes. 

Por mucho tiempo, plasmé este cuadro de actividades en papel  porque me ayudaba a aterrizar. Ahora uso la herramienta Click Up, una herramienta de priorización de tareas que las pone en lista: las puedes ordenar por prioridades según los criterios que expliqué. Otra herramienta recomendable es Trello.

Emprender un negocio requiere inversión

En el momento de emprender es importante invertir en tu proyecto. A menudo, me encuentro con personas que se echan para atrás y me dicen: “¡No! Es que yo no tengo dinero para invertir”. Yo les “giro la tortilla”. Les digo: “Nunca tendrás dinero si no inviertes en tu proyecto”. Esperar a ver si tienes dinero, a ver si consigues un trabajo que te de suficiente dinero para arrancar, es una falsa ilusión. Si sigues esperando, se te va a pasar toda la vida y no harás nada. 

Para empezar, pregúntate en que estás priorizando tu dinero. La mayoría de personas invierten dinero en otras cosas: salen a cenar varías veces entre semana, compran ropa, un teléfono móvil de 700 euros (cuando podían adquirir uno más económico). Priorizando gastos es posible obtener cantidades modestas para invertir en tu proyecto profesional. 

En ocasiones, no tendrás los recursos necesarios cuando salen las oportunidades para invertir el dinero. Te recomiendo que no te endeudes en un banco. Seguramente, hay un montón de gente a tu alrededor dispuesta a ayudarte. 

Pero, surge la duda: “Si le pido dinero a mi familia o a un amigo, podré recuperar la inversión y pagarles. ¡Depende! Si sales a ciegas, no sabes lo que haces, no tienes idea de cómo montar tu proyecto, cómo invertir en tu proyecto, probablemente no. ¡Invierte con cabeza! Infórmate bien. Tienes que saber bien dónde invertir tu dinero y cómo hacerlo. Cómo dije, invierte en formación para tu proyecto profesional. Invierte en tecnologías si las necesitas: cámaras, software, etc. Destina recursos para los aspectos legales de tu emprendimiento.

Superar el miedo a la exposición

El miedo a la exposición es muy común al emprender un negocio, más aún en el ámbito de las terapias. Aun así, exponerte es lo que te permite salir de tu zona de confort. Conseguir clientes implica mostrarse, llegar a gente nueva, hacerse visible. ¡Tienes que transitar ese miedo! Publica artículos de blog relacionados con tu especialidad, graba y sube vídeos en redes sociales, graba podcasts… ¡Lo que sea!

Debes equilibrar el tiempo que dedicas a la preparación de tu emprendimiento (desarrollar la página web, planificar tus cursos, revisar la legalidad, etc.) con las actividades que implican exposición.

Establece una estrategia

Esto es muy importante, pero, en el mismo momento, algo que no se tiene en cuenta. Imagínate que yo entre a una discoteca ahora mismo, te encuentro a ti y -si eres mujer- te digo cásate conmigo. ¿Qué me dirías? Cuando hago esta pregunta en mis webinars, todos responden: ¡No! Y cuando pregunto el por qué, la gran mayoría responde: “¡Porque no te conozco!”

La situación que planteo viene a cuento, porque son muchos los que al emprender un negocio como terapeutas  comienzan a promocionarse sin haberse dado a conocer primero. Aun así, colocan carteles en la calle con mensajes como: “Curso de registros akáshicos” o “Maestría en Reiki”, 500 euros. O “Retiro Espiritual de fin de semana”, 500 euros. No es extraño que no se apunte  nadie. ¿Por qué? ¡Porque no conocen a quienes dirigen estas actividades! Porque estos terapeutas están “pidiendo boda” en la primera cita. 

Sin duda, es imprescindible que la gente te conozca ejerciendo la actividad que haces. Cuando tu público target te conoce, el conocimiento que tienes y cómo funciona lo que haces, la gente se conecta más contigo. 

Probablemente, pocos decidan comprar tus servicios al principio; otros comprarán cinco meses después. En esto aplica un elemento que en marketing se conoce como embudo de ventas. Es un proceso de generación de confianza. Como resultado de tus estrategias para darte a conocer: página web, newsletters, vídeos, webinars, etc., irás captando cierta cantidad de clientes potenciales y, al final, tendrás una cantidad inferior de clientes que terminan comprando. En el ámbito de las terapias esto es aún más relevante. Muy pocos -por no decir nadie- eligen un terapeuta a la primera.   

Asume el ensayo y el error

Por cierto, otro aspecto que suelo observar entre quienes deciden emprender un negocio es la falta de actitud para asumir el ensayo y el error. ¡Esto es indispensable! En el proceso de crear y desarrollar un emprendimiento pueden ocurrir fallos de todo tipo: en el concepto, en el marketing, en el uso de la tecnología, etc.

¡Ojo con esto! ¡Error no es igual a fracaso! Evita que cualquier tropiezo te derrumbe. Lo importante aquí es tener la actitud para afrontarlos, aprender de esos errores y continuar adelante. 

Medir los resultados

Por último, es relevante medir los resultados de las acciones que realizas para darte a conocer. Es muy necesario tener información concreta de los ratios para medir cuánta gente ha visto tus anuncios, cuántas personas han visitado tu web, cuántos han visto tus vídeos o asistido a tu charla. Es la manera más efectiva de saber en cuáles aspectos del marketing estás fallando y cuáles te están aportando mejores resultados. En la web hay muchas herramientas gratuitas y de pago disponibles para medir estos indicadores. ¡Utilízalas! 

¡Haz que suceda!

Para finalizar, si tienes dudas o te atemoriza la complejidad de asumir un negocio propio, o bien ya has dado el paso y te sientes estancado, te invito a integrarte a ¡Haz que suceda! Este es el primer programa de manifestación en el emprendimiento que cambiará tu vida y tu forma de abordar los desafíos. En el mismo, obtendrás acompañamiento directo y constante, además de herramientas y masterclases de motivación, manifestación y formación en gestión empresarial. ¡Conoce este enfoque integral de apoyo que te hará imparable a la hora de emprender un negocio!

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