Quizás habéis visto y recordáis la serie aquella "El gran héroe americano", donde un tipo rubio con rizos recibe, de unos alienígenas, un traje de super héroe del que pierde el manual de instrucciones ese mismo día. ¿El resultado? Un desastre (pero muy divertido) :-DDDD. El colega no sabe usar el traje; vuela raro, no sabe aterrizar, no controla sus poderes, …
¿Porqué os cuento esto? Pues porqué nos pasa lo mismo.
"Aterrizamos" en este planeta con un cuerpo supermegaguai, capaz de interactuar, sentir y experimentar cosas tremendas, las cuales nos dan muuucha información necesaria para nuestro aprendizaje y crecimiento. Pero no comprendemos NADA de lo que "el cuerpo" nos cuenta.
Habría sido genial nacer con un manual bajo el brazo ;-), o más bien un diccionario vida-yo/yo-vida. Pero no es así.
¿Que me enfado con alguien? Es que el otro me ha hecho tal o cual cosa…
¿No soporto a alguien? Es que mira que actitud tiene…
¿Que estoy "depre" ? Es que… mira lo que me ha pasado…
¿Que siento rabia y resentimiento? Es que este no hace las cosas como debería…
No comprendemos que esas emociones son señales de "alarma". Son un indicador que nos muestra que debemos mirar dentro pero lo hacemos al revés. Buscamos algo "fuera" que justifique esas emociones, un culpable de lo que estamos sintiendo al que colgarle el "muerto", para no mirar, qué estamos haciendo nosotros que nos las provoca, para no hacernos responsables de ellas.
¿Qué estoy haciendo yo para que esto sea así? ¿De que estoy des-responsabilizándome?
¿Es realmente el otro el que me hace sentir así? ¿O es como yo interpreto esa situación?
¿A todo el mundo le pone triste un día lluvioso?
Ese famoso manual que no tuvimos al llegar… lo tenemos que ir haciendo nosotros poco a poco. ¿Pero que pasa? Que nadie nos cuenta como hacerlo.. ni siquiera que existe la posibilidad de hacerlo. Simplemente suceden cosas en nuestra vida que etiquetamos de buenas o malas en función de como nos han "enseñado" que debemos reaccionar frente a ellas, pero no vemos más allá.
A un niño que llora y se queja mucho se le apacigua dándole lo que quiere, afianzando así su creencia en que haciéndose la víctima conseguirá lo que quiere.
A un niño que es "violento" se le detiene castigándolo, afianzando así su creencia de que con el castigo y la fuerza se solucionan los problemas.
Hay cientos de patrones y creencias que vamos aprendiendo en nuestro día a día, los testeamos, y si nos funcionan para manipular a nuestro entorno, los integramos y los usamos automáticamente.
Estas creencias nos canalizan la conducta sin darnos cuenta.
Es momento de empezar a detectarlas! 🙂
¿Cómo nos sucede esto?
Nacemos. Abiertos a experimentar todo tipo de experiencias. Confiando plenamente en lo que hay "ahí fuera". Somos 100% dependientes. Nuestra supervivencia depende de confiar plenamente.
¡Aquí estoy! ¡Y el mundo me sostiene! Todo esta bien en mi vida. ¿Hace frío o calor? Es igual. Todo es sentir. No tenemos conceptos mentales. No sabemos lo que es saludable o no lo es para nosotros. Simplemente sentimos tipos de sensaciones distintas en nuestro cuerpo, que poco a poco con el tiempo, nuestro entorno, nos "enseña" a etiquetarlas de "buenas" o "malas".
Vivimos nuestros primeros meses/años de vida desde esta apertura total al mundo, pero obviamente el mundo no esta en ese estado y no responde a nuestras necesidades puesto que no las ve. El contraste entre lo que esperamos que sea y lo que ES, nos genera una "interpretación" del mundo y como consecuencia una manera de actuar frente a él.
¿Lloramos porque tenemos dolor de barriga? Nos cambian el pañal.
¿Lloramos porque tenemos hambre? Nos ponen en la cuna.
¿Lloramos porque necesitamos cariño? Nos dan un biberón.
¿Queremos jugar con papá/mamá? Está trabajando, o mirando la tele, o cansado, o haciendo una lavadora, o la cena, o tiene que ir al super, o quiere dormir más, o quiere hacer otro plan, ….
¿Y que hacemos nosotros?
Buscamos una estrategia para "satisfacer lo anhelado" manipulando el entorno o para "tapar" aquello que no nos gusta:
¿Creemos que no recibimos lo que "necesitamos" porque no somos suficientemente buenos? Nos perfeccionamos para que nos vean (autocrítica).
¿Creemos que no recibimos lo que "necesitamos" porque no somos dignos de amor? Damos amor a granel para que nos lo devuelvan
¿Creemos que no recibimos lo que "necesitamos" porque no somos visibles a los otros? Nos encerramos en nosotros mismos haciéndonos auto-suficientes.
¿Creemos que no recibimos lo que "necesitamos" porque el mundo no es confiable? Desconfío y dudo constantemente de mi entorno.
¿Creemos que no recibimos lo que "necesitamos" porque el mundo es injusto? Me vengo. Ataco e intento controlarlo para que no me falle más.
¿Porqué no lo vemos en nuestro día a día?
Aprendemos alguna de estas estrategias en la infancia y las usamos como comodines en nuestro dia a dia para conseguir aquello que queremos, afianzando así la estrategia y haciéndola invisible a nuestros ojos.
Funcionamos de forma mecánica. Nos hemos aprendido las estrategias de coña, y ya ni nos damos cuenta que las usamos. Simplemente actuamos. Por eso nos es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio. Nuestra conducta es una acción inconsciente, como conducir o respirar… no prestamos atención, es automática. Pero en cambio la conducta externa es visible.
¿Qué puedo hacer?
Observa y pon atención en:
Aquellos momentos en los que te hierve la sangre frente a una situación externa. Por ejemplo cuando juzgas a alguien: ¡¡¡Eres un egoísta!!! Mira ahí… pueden pasarte varias cosas (independientemente de que la conducta que ves en el otro esté ahí o no): 1. Que tu tengas algo de esa conducta pero que no quieras admitirlo. 2. Que quisieras pensar algo más en ti pero que no te lo permites.
Aquellos momentos es los que te deshinchas frente a una situación externa. Por ejemplo cuando te quejas de algo ¡Bufff, que palo ir a trabajar! Observa esa actitud de "abatimiento" y pregúntate… ¿Para que me lamento? ¿Qué quiero conseguir con esa queja? y sobretodo.. ¿Qué puedo hacer al respecto?
Aquellos momentos en los que nos inflamos y nos sentimos el centro de atención. Por ejemplo cuando fardamos de nuestro nuevo teléfono, casa, ropa, … o de nuestros éxitos o conocimientos. Observa ese subidón interno fruto de la envidia y valoración externa y pregúntate. ¿Quién eres? ¿Eres eso? ¿Con que te identificas? ¿Qué pasaría si no lo tuvieras?
Os animo a observar todo aquello que provoca un ¡AISH! dentro nuestro. Respirarlo, mirar que regalo hay detrás y apuntarlo en el diccionario! :-DD
¡Ánimooooooooooooo!
Alex
Podéis aprender más sobre el tema en el taller que imparto sobre relaciones personales
Gracias Alex
De nada! Espero que te haya gustado 😉