Cada cosa que tú quieras conseguir en tu vida tiene unos mecanismos internos que lo favorecen o que te lo impiden. La idea de que nuestros pensamientos pueden moldear nuestra realidad es más antigua de lo que crees. Pero en las últimas décadas, esta idea ha cobrado nuevamente interés en mucha gente, gracias en gran parte al fenómeno cultural conocido como la ley de la atracción. Popularizada por libros como “El Secreto”, de Rhonda Byrne y respaldada por celebridades, esta ley afirma que podemos atraer a nuestras vidas lo que deseamos simplemente pensando en ello.
¡Pero, cuidado! Esto no es tan simple como soplar y hacer botellas. Lograr atraer y manifestar las situaciones, personas y cosas que queremos requiere romper con muchas creencias, hábitos y conductas limitantes. Asimismo, exige tener objetivos y propósitos muy concretos. En las siguientes líneas, te explicaré en qué consiste la ley de la atracción y cómo la abordamos en ¡Haz que suceda!, nuestro programa integral para el emprendimiento y la manifestación.
Ley de la atracción o el arte de crear la realidad que queremos
Fíjate con qué facilidad puedes -ahora mismo- irte a tu habitación, ver que una pieza de ropa no está en su lugar, o una toalla no está en la estantería que toca, o hay un plato sucio en la cocina. Y, en ese momento, detonar dentro de ti toda una hecatombe. Una situación apocalíptica con tu pareja porque ha dejado mal puesta una toalla. Y puedes llegar a imaginarte con mucha facilidad qué le dirás, cómo te sentirás, en qué lugar estaréis discutiendo, qué os diréis, qué te dirá él, si os vais a tirar los platos o no. ¡Construir realidades catastróficas en nuestra mente es muy fácil! ¡Por eso nos suceden!
En cambio, si yo te digo: “¿Qué es aquello que quieres conseguir en la vida? Me dirás: “Pues, quiero tener pareja, quiero tener más dinero, quiero cambiar de casa, quiero un trabajo nuevo, quiero emprender”, etc. Y, a continuación, te pido que imagines esa situación ideal con la misma cantidad y el mismo lujo de detalles que la situación catastrófica que describí arriba. ¡No puedes!
Te sientas y tratas de concentrarte en: ¿Cómo sería mi vida? ¿Cómo me sentiría? ¿Dónde estaría? ¿Qué haría? ¿Con quién hablaría? Esto es indispensable para utilizar la ley de la atracción en positivo. ¡Pero no puedes! Ese es el problema. Veamos cómo podemos deconstruir lo negativo y construir lo positivo, que es la clave de todo al final. Como dije, hay unos mecanismos dentro de nosotros que nos generan esa inercia, esa dinámica hacia esa dirección.
Atraes lo que emites al universo
Supongamos que te sientas en el banco de una plaza y decides compartir la música que escuchas en tu móvil con unos parlantes inalámbricos. Si colocas un mix de heavy metal, congregarás a tu alrededor a un grupo de fanáticos de ese género. Mientras otros, que prefieren ritmos menos agresivos, se alejarán de donde estás. Ahora bien, si colocas uno de los conciertos Brandenburgo de Bach, el público va a cambiar totalmente. Tendrás a tu lado a amantes de la música barroca.
Eso mismo es lo que pasa contigo. Tú eres como una emisora: emites una señal que el universo capta y, luego, te devuelve todo aquello que sintoniza con tu señal. Esta sintonía es clave en la ley de la atracción.
A menudo, también ocurre que hay personas y cosas que te atraen poderosamente o que, simplemente, las detestas. En esta atracción o rechazo, hay una parte que tiene que ver contigo, con cómo percibes la realidad, cómo la interpretas. Pero, también hay una parte que tiene que ver con esas personas o cosas. Por ejemplo: conoces a alguien con una actitud positiva, que está siempre dispuesto/a a ayudar, que está libre de muchas estructuras y te sientes como atraído/a para poder obtener un poco de su energía. Del mismo modo, te alejas de personas que te dan “mala espina”.
Decimos que tú atraes tu realidad, porque atraes todas esas circunstancias, situaciones, posibilidades y mucho más. O lo rechazas. Y no solo eso, sino que, debido a tu percepción y tus sesgos, hay posibilidades que no miras y que posiblemente ahora las necesitas para poder ir hacia donde quieres. Ciertamente, solo miras en una dirección que retroalimenta esos sesgos que definen tu personalidad actual.
¿Por qué nos parece que no funciona la ley de la atracción?
Tener más dinero, una casa más grande, sentirte realizado, emprender, tener pareja, mejorar tu salud, etc., esos son objetivos. Estos te indican hacia dónde quieres ir. Sin embargo, en el camino hacia ese lugar al que quieres ir te toca transitar algún miedo o alguna resistencia. Pasar por algún punto que no te gusta o del que tienes una idea errónea. Pongamos por caso que quieres emprender como terapeuta, probablemente deberás dar charlas y exponerte para promocionar tu esquema de terapia. Pero eso te da vergüenza, te da miedo el juicio de los demás.
Incluso, hay otro miedo común: Alcanzar una meta verdaderamente significativa cambia tu personalidad. Definitivamente, no serás la misma persona que eras antes de afrontar el desafío. ¡Son dos personas muy distintas! Sentirás cosas diferentes, te comportarás de otra manera, tendrás un modo de pensar acorde con el lugar donde estarás y no el de antes. Esa transformación de una persona a otra, implica una transición. Y una parte de tu yo actual va a morir en dicha proceso. Por increíble que parezca, ese cambio suele dar miedo.
Tales miedos te impiden llegar a donde quieres llegar. O te derivan a sub-objetivos, cosas que realmente no son las que quieres. Lo peor es que para llegar a ese sub-objetivo, también debes pasar por algún otro miedo. O peor aún -que es lo que hacemos habitualmente- te “narcotizas”: haces algo para no sentir ese llamado hacia ese lugar al que quieres ir. Es decir, buscas algún elemento que te dé una satisfacción momentánea: comer chuches, explorar las redes sociales, engancharte a las series de Netflix, etc.
En lugar de apostar por una satisfacción y una plenitud a largo plazo, apuestas por micro satisfacciones momentáneas. Entras en un bucle de narcotización y de procrastinación constante.
¿Cómo hacer que funcione la ley de la atracción?
En nuestro programa ¡Haz que suceda! abordamos la ley de la atracción enfocándonos en cinco puntos:
Definir claramente qué es lo que quieres
En concreto, si quieres un trabajo nuevo, defínelo: ¿Qué tipo de empresa quieres? ¿Cuánto dinero quieres ganar? ¿Con qué tipo de gente quieres trabajar? ¿Dónde quieres que esté ubicada? Tienes que saber lo que quieres en tu vida.
Por otro lado, es clave que tengas claro al servicio de qué está eso que quieres. ¿Cuál es el propósito detrás de tu objetivo? Si vas a emprender como terapeuta podría ser: ayudar a personas a superar determinados problemas físicos o emocionales. Esto no entra en conflicto con el propósito de aspirar a incrementar tus ingresos y mejorar tu calidad de vida.
Conectar con ese objetivo
En otras palabras, no debes plantearte un objetivo sin tener una conexión real con el mismo. Frecuentemente, me encuentro con personas que piden cosas sin sentirlas realmente. Esa conexión es la que te impulsa a lograr esa meta. Esto está relacionado con el propósito de tus objetivos.
En este sentido, debes identificarte tanto con tu meta hasta el punto de apostar todos tus esfuerzos a ella, sin dudarlo. Como cuando apuestas “all in” en una partida de póker. De lo contrario, no habrá ley de la atracción que valga.
Sostenerte y ser constante
Desde luego, trabajar en el logro de una meta exige constancia y disposición a superar dificultades. Debes tener la actitud de percibir los fracasos como oportunidades de aprendizaje y hacerte las preguntas correctas: ¿Qué debo corregir de mi proyecto? ¿Cómo puedo mejorarlo? ¿Qué debo agregarle y/o quitarle?
En esta misma línea, no pretendas lograr tu objetivo de la noche a la mañana. Respeta y disfruta el proceso de hacerlo realidad.
Asimismo, este compromiso implica esfuerzo, porque tendrás que luchar con tu antiguo yo, con tu biología y con tu entorno. Tendrás que contener el impulso de consumir satisfacción instantánea. ¡Habrá conflictos internos! Tendrás que vencer a tu mente y ponerla a tu servicio.
Mantén tu práctica de meditación
Ser constante con una rutina de meditación te ayudará a mantener el foco en tu objetivo, a evitar la procrastinación y vencer el impulso de la gratificación instantánea. De nada sirve que asistas a un retiro de una semana en un lugar bucólico para darte un chute de espiritualidad. Al mes, volverás a lo mismo de antes. Recuperar y sostener tu nueva personalidad te costará más.
En nuestro programa ¡Haz que suceda! tendrás acceso diario, de lunes a domingo, a meditaciones guiadas. De igual modo, os vamos a proponer ejercicios de observación psicológica de tu personaje energético y de otros aspectos importantes, con frecuencia mensual. Todo esto refuerza la efectividad de la ley de la atracción.
Asume que formas parte de algo más grande
Sin duda, este aspecto es indispensable para pasar del modo supervivencia al modo propósito. Es empezar a abrirte, a darte cuenta de que eres más que tú mismo/a. Porque tendemos a perseguir metas individuales y no a estar al servicio de la gente, no en hacer un aporte al mundo.
Al tener conciencia de que formas parte de algo más grande, te darás cuenta de que puedes ser más creativo, que emergerán más posibilidades y soluciones. Porque en este estado de conciencia te llegan informaciones valiosas, aprendes de la vida y no solo de tu mente. Es lo que conocemos como sincronicidad.
¡Haz que suceda!
Para finalizar, queremos recordarte que ¡Haz que suceda!, es el primer programa integral de manifestación en el emprendimiento que te cambiará por completo. Porque además de suministrar formación en gestión de negocios y marketing para emprendedores emergentes y en crecimiento, también -y en buena medida- aportamos herramientas para superar las creencias limitantes y temores que obstaculizan tu camino al éxito.
Tendrás acceso a gran cantidad de meditaciones en directo y grabadas para enfocarte en tus metas y mantener una actitud positiva mientras trabajas en ellas. Aparte de eso, recibirás máster clases (igualmente en directo y grabadas) en todas las áreas, así como el acompañamiento diario y personalizado de especialistas.
¿A qué esperas para manifestar la productividad de tu negocio apoyado en la ley de la atracción y en una sólida formación?